BIOGRAFIA DE MIGUEL GRAU SEMINARIO
SU SACRIFICIO EN EL COMBATE DE ANGAMOS - 08 de Octubre de 1879.
Don Miguel Grau Seminario, símbolo del sacrificio, el caballero de los mares, el glorioso almirante del Huáscar, nació en la ciudad de Piura el 27 de julio de 1834.
Nació a orillas del mar; que fue el ansia de su vida y cuyas olas sollozaron también sobre su tumba.
Grau era un niño tranquilo y silencioso; quien sabe taciturno.
A los 9 años por primera vez se hizo a la mar en el bergantín mercante granadino “Tescua”, pero desgraciadamente la embarcación naufraga en la isla colombiana de Gorgona y el aprendiz de marinero tiene que ser devuelto a su hogar.
En 1844 niño todavía, Grau empieza a viajar en naves mercantes tomando plaza de Aspirante a Grumete.
En 1853, dejara la marina mercante e ingresa como aspirante a Oficial de la Armada, desarrollando un profesional desempeño en varias unidades de reparticiones peruanas.
Se casó el 12 de abril de 1867 con la dama limeña Dolores Cabero Núñez, con quien tuvo diez hijos. Vivió en la calle Lezcano 172, cuyo inmueble completamente restaurado se conoce como la Casa Grau.
Fue elegido Diputado por Paita, dejando momentáneamente el comando del Huáscar el 5 de junio de 1876.
Desde el principio de la guerra, comandaba el monitor Huáscar, con el que hizo proezas que difícilmente el mundo podrá olvidar, ya que su nombre alcanzo brillo de leyenda. Era que el Huáscar llevaba en sus entrañas de hierro todas las esperanzas de un pueblo.
Con el, Don Miguel Grau defendió palmo a palmo, las costas peruanas, no permitiendo jamás la invasión planeada por el enemigo, que antelada mente sonreía con su triunfo y su conquista.
El ilustre almirante recorría el mar amenazando las costas enemigas, sembrando el espanto y el desconcierto, hundiendo barcos, tomando prisioneros, recogiendo náufragos, sorprendiendo, asombrando, y, depositando lauros inmarcesibles en el altar de la patria.
El 8 de octubre de 1879, llego la hora suprema de su existencia. El Huáscar estaba encerrado en un verdadero círculo de hierro. El cielo estaba despeado. El mar, tranquilo. Ambos estaban dignos para grabar su nombre…
Tras convertirse en el terror de los chilenos en el Oceáno Pacífico, Miguel Grau fallece en el Combate de Angamos, un 8 de octubre de 1879.