BIOGRAFIA DE VIRGILIO
Virgilio nació en Arides, una aldea próxima a Mantua, en la región italiana de Venetia et Histria. Sus padres eran de modesta condición económica.
Recibió una esmerada educación y pudo estudiar retórica y poesía gracias a la protección del político Cayo Mecenas (de éste proviene el término "mecenas" aplicado a quienes protegen y estimulan las artes).
Fue uno de los más cultos de su época, pues además de la literatura, tuvo conocimientos en medicina, matemática y filosofía. Esbelto, de tez blanca y cabellos rubios. Era Virgilio un hombre de finas maneras.
Al verse despojado injustamente de su finca, impetro la clemencia del emperador Augusto y de su ministro Mecenas. No solo le devolvieron sus pertenencias, sino también recibió una cuantiosa indemnización pecuniaria.
Sus primeros años los pasó en su ciudad natal, pero al llegar a la adolescencia se trasladó a Cremona, Milán y Roma para completar su formación. En Roma se introdujo en el círculo de los poeta novi. A esta época pertenecen sus primeras composiciones poéticas, recogidas bajo la denominación de Apéndice Virgiliano.
Refiriéndose que en roma residió en una hermosa mansión, ubicada muy cerca de los jardines del poderoso mecenas. Su afición a la vida campestre lo impulso a escribir sus famosas Églogas, Diez Poemitas Bucólicos.
Por consejo y petición de Mecenas, escribió en Nápoles las Geórgicas, cuanto contaba 34 años de edad. Viajo a Grecia y Asia Menor y visito detenidamente los lugares que sirvieron de escenario a Homero para escribir sus famosos poemas: la Ilíada y la Odisea.
Durante diez años consagrase con todo fervor a escribir su célebre poema la envida, compuesto en honor y algo del emperador Augusto. Cuenta que Virgilio se hallaba en Atenas cuando Augusto, de su retorno de oriente, lo encontró. El emperador lo invito a que lo acompañase en su regreso a Roma.
Pero no bien arribo a Brindis, en el año 19 a. de J.C. falleció, como consecuencia del fatigoso viaje que no pudo resistir su débil complexión. En el sepulcro que guardan sus restos, incinerados en Nápoles, hay una inscripción que se dice fue hecha por el mismo poeta mantuano. Dicha inscripción es esta: “Mantua me engendro. Me retuvieron los calabreses. Ahora me posee Nápoles. Cante a los pastores, los campesinos y los caudillos.”
A partir del año 29 a. C., inicia la composición de su obra más ambiciosa, la Eneida, cuya redacción lo ocupó once años, un poema en doce libros que relata las peripecias del troyano Eneas desde su fuga de Troya hasta su victoria militar en Italia.
